jueves, 24 de octubre de 2013

Poder Joven - Solidaridad con los habitantes del Barrio Campo Alegre 6 de Noviembre

Como es de conocimiento público, el sector de Campo Alegre viene padeciendo desde hace muchos años de progresivos deslizamientos que tienen a mas de 2.000 familias en situación de pobreza, perdida de sus viviendas y lo que es peor olvidados por el Estado y sin contar con la solidaridad de esta ciudad.
Lo ocurrido en Medellín- me refiero a la caída del edificio Space- que tanto dolor nos causó a los Colombianos y despertó la solidaridad de todos y el pronunciamiento de las autoridades nacionales y locales de esa ciudad, nos hace creer a los que estamos dirigiendo este proceso, que es posible llamar la atención nacional de lo que sucede en estos sectores, y hacer notario la diferencia entre el trato nacional que se le ha dado a ese hecho y la in diferencia con que esas mismas autoridades miran el desastre de Campo Alegre y lo que es peor la indolencia de nuestros gobernantes en un deplorable contubernio con los  constructores que hicieron posible  estos hechos.
Hemos convocado para este 6 de Noviembre a las 6 de la tarde una concentración de todos los afectados de Campo Alegre y de las Laderas Noroccidentales de Barranquilla, que además aspiramos contar con la presencia activa de grandes sectores de Barranquilla y especialmente de las organizaciones políticas, que como la de ustedes son una esperanza para el cambio en este país.
Esta concentración se realizará en las afueras de la parroquia Inmaculado Corazón de Maria, situada en la Carrera 42 No. 84-31 Barrio Campo Alegre.



Atentamente,
ROBERTO TAPIA AHUMADA
Abogado Coordinador Acción de Grupo 0349-2005.



ALCALDESA, NO PERMITA QUE EN CAMPO ALEGRE NOS SUCEDA LO DE MEDELLIN
Dra.
ELSA NOGUERA
ALCALDESA DISTRITAL DE BARRANQUILLA

La situación de campo alegre es tan o más grave, que la que infortunadamente ésta pasando en el Edificio Space de la ciudad de Medellín.

En Campo Alegre y en toda la ladera Noroccidental se han caído más de doscientas (200) viviendas, sin que estos dolorosos hechos  hayan tenido la resonancia de lo sucedido en Medellín, con pronunciamientos del señor presidente y vice presidente de la república, del ministro de vivienda, ministro del interior, tratándose de funcionarios nacionales. Ante la ocurrencia de este infortunio, inmediatamente, estos personajes y la Alcaldesa encargada de Medellín y luego el alcalde titular le exigieron a la constructora que respondiera por estos hechos tan dolorosos.

Con dolor profundo observamos los Barranquilleros la diferencia abismal que hay entre  el accionar de las autoridades de Medellín, las nacionales y la propia constructora, que ante las exigencias de las autoridades Nacionales y locales dieron la cara  ante estos dolorosos hechos y se responsabilizaron de las consecuencias de sus actos; y la actitud  de la Administración distrital ante la situación que enfrenta el Sector de Campo Alegre de la Ciudad de Barranquilla, ya declarado en Calamidad Pública por la Alcaldía Distrital, y a quienes muy a pesar de eso no se les ha resuelto su problemática.

En Barranquilla, como en Medellín, de este problema no son responsables únicamente las  Constructoras; es clara la responsabilidad que les asiste a las Administración, y es en este punto, cuando con frustración nos percatamos los Barranquilleros, que en las últimas Administraciones Distritales, parecería que lo que hacen es proteger a los constructores. No les exigen cumplimiento de sus responsabilidades y es por esa razón, por la que estos  no dan la cara  y  además se dan por quebrados (Alta vista, Proyectos Barranquilla, Fonviconstrucciones)  y en la actualidad la constructora Alejandro Char y Cia. Tramita un procedimiento de quiebra.

Es hora de que la Administración Distrital  rompa el cordón umbilical que pareciera tener con los constructores de esta ciudad. Usted no puede, no debe dejar que en campo alegre y en toda la ladera Noroccidental  nos suceda lo de Medellín.

El miércoles 6 de Noviembre a las  6:00 P.M. todos los perjudicados de la ladera noroccidental de Barranquilla, organizaciones sociales  y con la solidaridad con todos los Barranquilleros nos estamos convocando  a concentrarnos en la parroquia INMACULADO CORAZON DE MARIA  situada en la Carrera 42 No. 84-31 Barrio Campo Alegre.
Usted señora Alcaldesa y la Administración que preside no puede faltar a este acto de solidaridad para con estos perjudicados. Ahí esperamos su presencia y la de  toda su administración. 

Usted Señora Alcaldesa tiene la solución para Campo Alegre y la Ladera Noroccidental: Solicite al señor Presidente de la república: LA DECLARATORIA DE ZONA DE DESASTRE PARA CAMPO ALEGRE.


Abogado Coordinador Acción de Grupo 0349-2005, Juzgado Once Administrativo del Circuito de Barranquilla.


    Foto EL HERALDO


jueves, 17 de octubre de 2013

Marcha Campesina, Indígena y Estudiantil - Barranquilla 17 de Octubre de...

Marcha Campesina, Indígena y Estudiantil - Barranquilla 17 de Octubre del 2013

Campesinos de toda la Región Caribe, Indígenas wayúu y el representante a la Cámara Iván    Cepeda, participaron en la marcha que se inició en 'El tamarindo' y terminó en la Gobernación del       Atlántico. (Anexamos documento publicado en las páginas del diario El Espectador, un completo informe sobre el caso del Tamarindo. Lo ponemos completo aquí en el blog porque sin duda es un aporte que facilita la comprensión del problema de esta comunidad.)








       Lider Campesino del Tamarindo - Poder Ciudadano Atlántico


logoespectador
Por: Alfredo Molano Bravo
Por Atlántico no pasó la violencia de los 50. Pero el 9 de abril del 48, en Barranquilla hubo levantamientos, incendios, saqueos y muertos. En la ciudad hay luchas obreras desde 1910, cuando los coteros se declararon en huelga, el primer conflicto laboral del país, que se repitió en el 17. La tradición liberal del puerto tiene como antecedente la guerra de 1885, cuando el general liberal Gaitán Obeso se rebeló contra el Gobierno en Guaduas, se tomó el río Magdalena, y en Barranquilla se enfrentó a los ejércitos conservadores. En una sangrienta batalla el liberalismo fue derrotado y después, el presidente Núñez sentenció: “La Constitución del 63 ha dejado de existir”.
Lo que sí hubo fueron conflictos agrarios, aunque el peso económico y político de la región es determinado por el acelerado crecimiento de Barranquilla, la agricultura es secundaria. Sólo en los 60 se comenzó a sentir el problema agrario, en el sur del departamento. Un movimiento campesino impulsado por la Iglesia a través de la Federación Agraria Nacional (FANAL) llevó al Gobierno a tomar medidas con el Incora, a construir el embalse del Guájaro y a parcelar tierras aledañas.
El proyecto tuvo relativo éxito y los campesinos de Repelón, Manatí, Campo de la Cruz recibieron tierras, crédito, asistencia técnica, y se construyeron el embalse, la red de riego y drenaje, vías, escuelas y puestos de salud. La derrota de la política de reforma agraria hizo que el movimiento invadiera terrenos privados y baldíos y la tensión social regresara al sur. En los 70, tuvieron auge las luchas por la tierra, pero con el cultivo de marihuana en la Sierra Nevada de Santa Marta y coca en el sur de Bolívar, se debilitaron porque muchos encontraron solución en ese renglón productivo.
El resultado fue catastrófico porque muchos capitales hechos gracias a esos cultivos se invirtieron en tierras de gran calidad como las del sur y en terrenos aledaños a la capital, para obtener ganancias vía valorización urbana. Durante los años 80 y 90, el desarrollo de Barranquilla y las inversiones en tierras de los narcotraficantes fueron vertiginosos. Emergieron nuevas formas de conflicto en el campo y un despojo silencioso.
En la represa del Guájaro los terratenientes se tomaron 5.000 hectáreas que la sedimentación permitió por mal manejo de la obra. El embalse tenía 17.000 hectáreas y hoy cubre sólo 12.000. También en el sur, Salvador Rueda ha comprado 76 parcelas con recursos, por lo menos irregulares, y formó un gran latifundio. En Campo de la Cruz sucedió algo similar.
En el departamento hay 36 predios en extinción de dominio, hoy en poder de testaferros, varios de los cuales forman parte de la Hacienda La Sonora, propiedad de Alberto Orlández Gamboa, alias ‘Caracol’. El caso de Los Campanos, de 924 hectáreas, lleva siete años en el proceso. El movimiento campesino denuncia que hace más de 20 años no se entrega ni una hectárea a las 20.000 familias de parceleros que reclaman tierras.
El paramilitarismo y el narcotráfico tuvieron especial interés y auge en Atlántico (1). Se invirtieron millones de dólares en el sector financiero y en bienes inmuebles. Una nueva clase política surgió acaballada en esos capitales, lo que aumentó la seguridad en el lavado de activos. En agosto de 2002 se dio la operación Marejada, que, según la Policía y la Fiscalía, desbarató el cartel de la costa atlántica encabezado por ‘Caracol’. Con él cayeron 30 personas más, por tráfico de estupefacientes y lavado de activos, una de las cuales –Libardo de Jesús Parra González– tiene un papel importante en la historia de Tamarindo.
‘Jorge 40’ (Rodrigo Tovar Pupo) tenía un eje militar entre sus bases de Malambo, Soledad, Sabanalarga y Galapa. “Sólo en 2004 en Atlántico hubo 730 asesinatos, mientras que en 2005 y 2006 hubo 637 y 609, respectivamente. Barranquilla fue la ciudad más afectada por los paramilitares con 1.664 asesinatos entre 2003 y 2006, seguida por Soledad, con 572, y Malambo, con 116” (2). El desangre creó un terror irrefrenable, condición e instrumento del desplazamiento. Según CODHES, entre 1999 y 2001 llegaron a Barranquilla 24.958 personas, de: Magdalena (29%), Bolívar (22%), Cesar (13%) y Sucre (7%)(3). La estrategia de las AUC se amplió a amenazas y asesinatos de dirigentes sindicales y defensores de derechos humanos (4). El eje era corredor de narcotráfico, como lo indica la siguiente denuncia: “Entre 2003 y 2006 los narcotraficantes, según la Dijín, lograron sacar más de 100 toneladas de cocaína con permiso de miembros de la Policía del Atlántico, que se cobraba por transitar por (el) territorio bajo su control”. Más significativo: “Los paramilitares cobraban hasta dos millones de dólares de impuesto a los embarques de narcóticos que pasaban por el Atlántico(5).
A la par con el crecimiento del narcotráfico y la seguridad inversionista garantizada por el paramilitarismo creció Barranquilla hacia el sur y el occidente, pero también creció en pobreza. En la primera dirección se comió a Soledad y en la segunda ha avanzado por tres ejes principales: la Carretera de la Cordialidad, la Avenida Circunvalar y la Vía al Mar. Se ha urbanizado por medio de invasiones de lotes de engorde. Entre 1957 y1993, de las 3.762,6 hectáreas en que se amplió la ciudad, el 60% eran barrios de invasión. Entre los años 70 y 90, el 50% de la ciudad creció en esta dirección(6). Barranquilla está en cuarto lugar, con un coeficiente de 1,4338 establecimientos por km², debajo de Itagüí, Sabaneta y Medellín.
La apertura económica inaugurada en 1994 golpeó y resintió la industria de Barranquilla, y muchos capitales manufactureros huyeron o se transformaron. Con los TLC, el dinamismo económico regresó, pero a preparar infraestructura básica de puertos, zonas francas y autopistas. Los principales corredores industriales son la Vía 40, la Circunvalar, la calle 30, Autopista al Aeropuerto y Barranquillita. Se han puesto al servicio varios parques industriales como Metroparque, Industrial del Caribe, Industrial Riomar, Industrial, Comercial y portuario (PIPCA), Industrial del Norte, Industrial La Trinidad, además de los ya existentes, Marisol y Almaviva.
La Zona Franca de Barranquilla es la más antigua y extensa del país, con cerca de 90 empresas. A partir de 2007 se construyen otras tres: Galapa, Barranquillita y La Cayena. El Tamarindo es fruto de estos conflictos y procesos. Hay que sumar el cuestionado puerto multipropósito “Palermo”. Por último, se está construyendo la Zona Franca Internacional (ZOFIA), en Galapa. Estos desarrollos han disparado los precios de la tierra en la periferia, confundido los límites de los municipios y creado problemas administrativos.
Hace 10 años, en pleno furor del paramilitarismo, las masacres en Montes de María, sur de Bolívar, Cesar y Magdalena obligaron a cientos de campesinos a huir hacia las capitales departamentales, donde nacieron barrios de invasión como el Nelson Mandela en Cartagena y Soledad 2000, La Chinita, en Barranquilla. También invasiones a predios rurales como El Tamarindo, ubicado en el límite entre Galapa y Barranquilla. Poco a poco, como en los años 30 después de la Ley 200, los campesinos se instalaron sigilosamente en tierras que de buena fe consideraban baldías. La buena fe aplica no sólo para propietarios, sino también, y quizá con mayor razón, para desplazados por la violencia como los campesinos que entraron a ElTamarindo a cultivar plátano, patilla, guandul, marañón, ciruelas, yuca, ñame y maíz. Venían corridos de Montes de María, San Ángel, San Pablo, Sitio Nuevo, y Plato, Magdalena; todos lugares donde hubo matanzas monstruosas.
Los “presuntos propietarios” reaccionaron. Decimos “presuntos propietarios” porque “Tamarindo está situado –según el IGAC– entre el Distrito de Barranquilla y el municipio de Galapa”. La Secretaría de Planeación de Galapa afirma, sin embargo, que “el predio conocido como El Tamarindo se encuentra en jurisdicción del municipio de Galapa”. El registrador de Instrumentos Públicos de Barranquilla certifica también que “entre 1955 y 1972 no aparece propietario alguno de los predios El Mirador, Granja Catalina, Natacha, y Beitjala” y, por tanto, en sana ley, carecen de tradición. El equívoco es la fuente de la presunción de buena fe que alegan los campesinos. Más aún, alegan que El Tamarindo debe ser considerado “territorio autónomo de población desplazada habitado por personas que han sufrido desplazamiento forzado y que vuelven a producir en una zona que configuran colectivamente y de forma autónoma”.
Tamarindo está dividido en cuatro parcelas: El Mirador y Natacha, reclamados por Julio Muvdi; Beitjala, de Invermas S. A., del que hace parte Henry Char Muvdi, y Granja Catalina, de Negocios Abdala Tarud S. A. Son 120 hectáreas ocupadas hoy por 130 familias. El conflicto se agrava porque los “presuntos propietarios” han acudido a instancias judiciales. Ha habido 39 intentos de desalojos judiciales en los que se han tumbado y quemado cosechas y ranchos; confiscado gallinas, cerdos y patos; tumbado cercas, y desviado arroyos que riegan cultivos de arroz. Las últimas diligencias fueron el 16 de noviembre de 2012, el 28 de enero y el 2 de febrero de este año. La primera fue autorizada para la Granja Catalina, pero se intervinieron las otras sin orden judicial, con asistencia del Escuadrón Antimotines (ESMAD).
Los campesinos dicen que el inspector de Policía de inspección inmediata no pudo, por falta de información veraz, identificar los predios. El 28 de enero se practicó un desalojo en compañía del ESMAD, Ejército Nacional y vigilantes privados de la empresa 911, propiedad de Enilse López, alias la ‘Gata’. Arrancaron los cultivos con buldócer; talaron árboles con motosierra; tumbaron el rancho de doña Lucy de Ávila, enferma terminal de cáncer a quien el teniente Vera, encargado de Derechos Humanos, salvó de terminar incinerada.
A la señora Carmen le tumbaron el rancho, ubicado en el lote Beitjala, cuando la diligencia era para la Granja Catalina; ella decía que tenía un papel que le habían dado en la Defensoría del Pueblo, que era desplazada, “por qué nos atropellan”, rogaba, pero comenzaron a tumbar las matas de plátano, y una teniente del Ejército le dijo: “Ya no pregunte más, quítese que la catapila la va atropellar”. La máquina aplastó los animales, no pudo sacar nada de la casa porque venía del hospital de visitar a su hija, que a los días murió.
Hubo tiros de goma, gas mostaza y arremetida con bastones. Los campesinos bloquearon la carretera de La Cordialidad con apoyo de la CUT, FANAL, CGT y 45 organizaciones campesinas del Atlántico. Hubo 14 heridos. Álex García, por orden de Lesman Parra –hermano de Libardo Parra, lugarteniente del ‘Caracol’ (Alberto Orlández Gamboa ) y extraditado a raíz de la Operación Marejada– disparó delante del Ejército una pistola 7.65 mm. Fue detenido, pero luego liberado. Los Parra son considerados cabezas del llamado Cartel de la Tierra.
Todo esto ha sucedido a pesar de que en la Mesa de Tierras realizada en 2011 se adquirió el compromiso de suspender las diligencias de desalojo mientras se aclaran la titularidad de los predios y el problema jurisdiccional, a manos del IGAC, el Incoder y el Ministerio del Interior. Los afectados han interpuesto una tutela para suspender el desalojo. La Corte Interamericana de Derechos Humanos sabe lo que está pasando en El Tamarindo.









                 Representante a la Camara Ivan Cepeda - Polo Democrático, PCC y Marcha Patriotica

miércoles, 16 de octubre de 2013

La lucha popular: Un derecho, no un delito.- Seuxis Hernández Reconstruyendo el tejido social.



Haciendo un recuento  sobre los acontecimientos recientes en Colombia, desde el Catatumbo, los diálogos de paz en la Habana, y las últimas movilizaciones campesinas, de verdad que es grato ver como desde el hastío por la injusticia el pueblo colombiano retoma las banderas de la democracia y despierta de ese  letargo ignominioso al cual ha sido sometido por las doctrinas hegemónicas del tradicionalismo político y gremial.
Esas expresiones que llevan, no en el fondo, sino a flor de piel, claras consecuencias del ejercicio genuino de la democracia y sus principios, hoy debieran ser vistos desde una perspectiva más respetuosa por parte del gobierno, como representante de la unidad nacional.
El empoderamiento de las comunidades,  la defensa de los derechos fundamentales como finalidad última de un Estado social de derecho, defensor de los principios democráticos y, al servicio del hombre, son el medio eficaz para la reconciliación nacional y la obtención de la paz; no las represiones absurdas que menguan la participación ciudadana, por medio de agresiones policiales desmedidas y afirmaciones insultantes para con el compromiso de las masas, a propósito de las descalificadoras declaraciones recientemente emitidas por parte de miembros del alto gobierno y algunos medios hacia la protesta popular.
Señalamientos esbirros, violentos e irresponsables por parte de columnistas como Plinio Apuleyo Mendoza, quien en su columna titulada LA ESTRATEGIA SECRETA DE LAS FARC sataniza, y de algún modo deslegitima el movimiento popular, no deben ser aceptados ni tolerados por esta sociedad que camina hacia la reconciliación social. Hay que rechazar la actitud alevosa de este tipo de actores que manipulan con su poder de divulgación la opinión pública que convive con este tipo de informaciones  mal intencionadas e irrespetuosas que se burlan de la necesidad humana  de estos pueblos olvidados,  al señalar a los campesinos como elementos del motor  que opera  el accionar del narcotráfico.
Todo esto compuesto como una cuota más de un plan de descredito y supresión participativa que procura la exclusión y el absolutismo, promueve una especie de apología al rechazo hacia estos movimientos alternativos.  Movimientos que curiosamente son el espejo de todo un proceso social que avanza por toda Latinoamérica, en procura de la reivindicación humana, la justica social y la obtención de la paz como bien supremo de la humanidad, al cual los colombianos también tienen derecho a su disfrute.
El columnista enumera una serie de circunstancias que demuestran  según él la presencia de la insurrección tanto en la protesta campesina realizada en el Catatumbo, como en la marcha patriótica, diciendo enfáticamente que son un brazo más de la estrategia secreta que tienen las FARC para llegar al poder.
Pero estas declaraciones por parte del gobierno, columnistas y miembros de las fuerzas armadas, que se atreven inclusive a instar a la acción violenta y el asesinato de los participantes de la protesta, van más allá de una inocente calumnia. Esto va rumbo a la consumación de una apología al genocidio.
Son estos personajes los verdaderos enemigos de la paz y la justicia social. Los principales proveedores de víctimas; porque atacar la movilización popular, la protesta campesina y las alternativas de participación política, finalmente es atacar la democracia y, un país que se distancia de los principios democráticos es un país que irrespeta los derechos humanos, la justicia social; por lo tanto es un Estado que genera víctimas, con este grupo de individuos  a la cabeza como principal victimario.
Ahora, siendo más específicos con la realidad colombiana donde (según el gobierno) todo el que es rebelde consecuentemente es terrorista y narcotraficante, es preciso advertir que esta postura elimina la posibilidad de oposición y democracia. Así, valiéndose el Estado de  interceptaciones ilegales; falsos positivos;  perseguimiento estatal; enjuiciamientos injustos y montajes judiciales, se logra la neutralización de toda expresión de pluralismo y controversia, con  acciones que en resumen son actos de guerra del gobierno como parte interviniente en este conflicto armado, que no solo se desarrolla en la ruralidad; también tiene extensión en las ciudades: universidades, sindicatos, movimientos étnicos, etc.
Hoy  se une un grito común de parte de los luchadores populares, como ejercicio académico y democrático para estos enemigos de la paz, pseudo-cipayos de las transnacionales, de este  nuevo colonialismo:
¡La movilización popular no se reduce a subversión!

lunes, 14 de octubre de 2013

Cuba y la esperanza - Seuxis Hernández



"A América Latina le gusta mucho la palabra esperanza":Neruda

En el marco del propósito por reivindicar los verdaderos  abanderados de la paz,  no se nos podía olvidar reseñar la labor de los anfitriones de los diálogos de paz entre ele gobierno colombiano y la guerrilla de las FARC. 

A 87 años del natalicio del líder de la revolución cubana, y 54 de la revolución cubana, un semanario colombiano (Revista Semana) quizá como otros más, hicieron pública la siguiente pregunta: Cual cree que ha sido el aporte de Cuba y Fidel Castro a LatinoAmérica?

Desde los comienzos de la colonia, cuando nuestros hermanos, los pueblos indígenas, dueños genuinos de las tierras de América, luchaban con sus flechas adornadas de bello plumaje para la guerra contra los arcabuces y sus escupitajos de fuego, la esperanza por reencontrarnos con nuestro territorio ha sido la lucha de cada una de las generaciones que sienten desde sus antepasados el arraigo a esta tierra, víctima histórica del expansionismo de los estados del primer mundo, de los dueños del neoliberalismo.

Echar la mirada atrás y sorprendernos con el presente que han dejado esas luchas, nos lleva a pensar que algo se ha avanzado; que se esta cerca de lograr la verdadera emancipación de los pueblos de América; que la unidad latinoamericana como fuerza soberana de solidaridad y progresismo ya no se vislumbra  tan lejos, como un sueño, como una quimera. 

El proyecto de La Colombeia, el  delirio de Bolívar en el Chimborazo,  hoy tiene matices de algo más cercano a la realidad. El Mercosur, el ALBA, el proceso socialista que se ha instaurado en la mayoría de países  de América Latina, y aún en Colombia (que parece estar aislada de todo esto) los campesinos, intelectuales, activistas, etnias y negritudes, están luchando con fuerza por la reivindicación social y el respeto a los derechos fundamentales.

Ese brío  indomulato, la gloria del sufrimiento de zambos, indígenas, negros, mestizos y blancos, por fin se materializa. Hoy no esta tan lejos como un delirio. La esperanza levita más  cerca de nosotros, y eso en parte es gracias al proyecto revolucionario y al esfuerzo incansable de los  cubanos en  cabeza de sus líderes: De Cienfuegos, del Che, de Celia Sánchez, de Fidel Castro. 

Si de repente un día a uno de nuestros dolientes hermanos latinoamericanos, sentado en la banca de un parque se le presentara en medio de su diario  matinal la pregunta hecha por la revista Semana acerca del líder de la revolución cubana, de seguro reflexionaría con mayor conciencia en las realidades que hoy le trae su lectura: Masacres y levantamientos en El Cairo; primavera árabe;  diálogos en la Habana; zonas de reserva campesina  en el Catatumbo colombiano; unidad latinoamericana; implantación del proyecto bolivariano; resistencia de Cuba  al bloqueo norteamericano. Al terminar, quizá sentiría tristeza por la muerte de aquellos hermanos luchadores por la vida y las justas causas. Un nudo en la garganta le recordaría la ausencia física de Hugo en Mira Flores. Pero súbitamente  la alegría lo levantaría de  la silla y lo echaría a andar, consciente de que hoy mas que nunca se puede superar todo esto; tendría fe y esperanza en eso..., tendría eso que nos dejó Fidel.  

Desde la insurrección de Maceo; desde Carlos Manuel de Céspedes; desde el imaginario eternizado de Martí; desde el grito de Yara y el incansable machete de los Mambises en las entrañas del Majaguabó. Desde ese entonces la esperanza de la América latina contemporánea es el Sancho de quijotescas gestas. La solidaridad del pueblo cubano con otras naciones ha sido imprescindible para la obtención de lo que hasta el momento se ha conseguido. 

La doctrina internacionalista de Ernesto Guevara fue bastión  en el Congo, Angola, y en cada país de Suramérica. Siguen exponiendo lo mejor y esencial de un proyecto de cambio y esperanza: solidaridad y dignidad..., "He aquiì de pronto que Fidel Castro, un cubano a quien antes nadie conociìa, agarra la esperanza del pelo o de los pies, y no le permite volar, sino la sienta en su mesa, es decir, en la mesa y en la casa de los pueblos de Ameìrica."  

Hoy Cuba no está sola. La nación del "bravo pueblo", la patriótica por antonomasia, va de la mano en cada gesta. La consigna de Latinoamérica unida es más fuerte. El grito de Tacariguas, Caribes, negros, bonachis, es uno solo. Es el grito de la reivindicación de los pueblos, de las justas causas. Es el grito triunfal de los que antes injustamente  fueron condenados y hoy la historia los absuelve.

El camino es difícil, porque la lucha es contra inmensas fuerzas. Las comunidades de América latina viven con el alma en un hilo, porque el neoliberalismo y los gobiernos opositores de los procesos progresistas quieren aplastar el proyecto socialista con esperanza y todo. Pero el bloqueo, el intervencionismo,  no nos asusta. La resistencia se ha convertido en ejemplo de dignidad y templanza. Entonces, cuando el miedo nos sacude, con un suspiro que regocija recordamos: Cuba existe, y con ella la esperanza; al igual que la posibilidad de paz concentrada en la Habana, en la voluntad de los voceros y el pueblo colombiano.

sábado, 12 de octubre de 2013

La paz y las drogas: Dilemas de un flagelo - Seuxis Hernández


 En el marco del desarrollo del foro regional sobre “El problema de las drogas ilícitas” es inevitable unirse a esta voz genuina de expresión popular, puesto que esta vez no hablaron los ministros, el gerente de Indupalma o el presidente  de la “prosperidad para todos”. La voz fue la de los campesinos e intelectuales comprometidos con las realidades de este país. Esto, no obstante ser una expresión más original  y coherente con la realidad nacional y su problemática, ratificó la vigencia de este momento histórico, en el cual la manifestación popular triunfa y la lucha por la preservación de la dignidad humana se erige.
Hasta antes de que los gobiernos que llevan la batuta del neoliberalismo se apropiaran de esta problemática, las drogas eran un tema de salud pública. La visión de propuestas y soluciones para combatir este embate de la sociedad se enfocaban en la resocialización y prevención. Solo hasta que los Estados Unidos de Norteamérica se proclamaron como  guías inamovibles de la lucha contra el narcotráfico y sus consecuencias, la criminalización, contrario a la perspectiva de ser un problema de salud pública, se posicionó como adjetivo intrínseco de esta problemática; pasó a considerarse una carga de orden público.
Contrario a lo que puedan pensar los promotores de esta doctrina que ante todo se olvida de lo humano, saca lo más represivo del poder  estatal, y de la propuesta neoliberal de expansión e intervencionismo; desde la doctrina Monroe, hasta la iniciativa pacificadora del nobel de paz 2009; Ronald Reegan, los Estados Unidos (EEUU) y toda su propuesta para contrarrestar el tráfico de estupefacientes ha fracasado: La cuota de criminalidad ha aumentado, y contrario a la expectativa, el negocio hoy día sigue siendo más tentativo para aquellos temerarios, que ni con las ofensivas policivas, ni con las rigurosas sanciones legales, que inclusive llegan hasta la pena de muerte, tal como sucede en el Estado de Texas, se atemorizan en su búsqueda personal de riqueza.
Ahora, atendiendo las palabras de Noam Chomsky, estudioso comprometido con la problemática Latinoamericana, y opositor de las prácticas imperialista: La lucha contra las drogas ilícitas no ha fracasado. <<Es cierto>> Así que no sintamos tanta pena por el fiasco de la buena voluntad norteamericana. Ofensivas como el plan Colombia, o toda estrategia orquestada por ellos en cualquiera de las naciones latinoamericanas, no es otra cosa distinta que un paso más en todo el andamiaje que enmarca el expansionismo imperialista y el intervencionismo; elementos que son eje de este neocolonialismo, del cual, lastimosamente el principal aliado de los del norte es el gobierno de nuestro país, cuya ubicación geográfica privilegiada se ha utilizado para expandir el hegemónico control del imperio. Con la aceptación vergonzosa de bases militares en el territorio nacional, con libertad del uso total del espacio aéreo, electromagnético y, desconocimiento del mando militar de nuestras fuerzas militares; con el único fin de contrarrestar el proceso socialista que avanza por Latinoamérica.  
Como es claro, lo único importante aquí es el negocio: El de la expansión y la hegemonía norteamericana; el de mantener las dificultades del orden público; el de la criminalización e ilegalidad, como elemental bastión de la rentabilidad y sostenibilidad del narcotráfico; el de los proyectos en contra del progreso de las naciones, en cabeza de las trasnacionales, que reciben el aval de nuestro gobierno. Mientras se asperje y criminaliza a la población campesina que se dedica al cultivo de la coca, se legitima mediante resoluciones como la 970 criminales propuestas que a riesgo de dejar en la miseria a la población rural de nuestro país (por excelencia agrícola) las  presentan como un gesto de atención y protección al campo; no dejando otra alternativa a nuestros campesinos para sobrevivir. Circunstancia  que trasciende a algo más serio e inhumano: Resoluciones como ésta, terminan teniendo como objeto, el exterminio de la población, y la vulneración de sus derechos fundamentales,  formando además, parte de la génesis, de la continuidad del negocio de las drogas ilícitas.    
Hoy el llamado es a sobrevivir, a resucitar como lo hace el movimiento agrario, con la verdad que nos rescata de la alienación y dependencia del yugo Norteamericano. A asumir, que el problema de las drogas ilícitas se contrarresta por otras vías; con herramientas más eficaces y coherentes; enfiladas en el rescate de lo humano. Reconociendo la importancia de la acción preventiva sobre  la correctiva, por medio de la educación de nuestros pueblos, y por supuesto volviendo la mirada al campo y las zonas rurales, que es donde finalmente se debe comenzar la construcción de la paz, como países que ancestralmente se han dedicado al agro y la producción campesina, herencia amerindia que nos quedó, para la defensa  de la tierra y nuestro arraigo hacia ella…, he aquí la clave para la paz; la salida  a tantos años de insurrección armada; el rescate de nuestra soberanía, de nuestra democracia, diluida en manos de los mercaderes de esta patria.