Una
de las tantas problemáticas que hoy presenta nuestro sistema de gobierno, es el
de la poca participación de los Jóvenes en la dinámica política, social y
cultural de nuestro País.
Muchos
dicen que este problema, viene como consecuencia de años y años de trabajo mal
desarrollado, de guerras y vulneración que ha llevado a la incredulidad
política por parte de los jóvenes. Otros más arriesgados, se atreven a decir
que los jóvenes de hoy, somos menos intelectuales, revolucionarios y
accionarios que los jóvenes de hace unos
50 años, siendo ese el supuesto motivo del déficit de participación
juvenil. Para ello, los jóvenes tenemos
la siguiente repuesta: La poca participación por parte de nosotros no se debe y
nunca se deberá, a que los jóvenes de hoy nazcamos menos capacitados
políticamente que los de antes, eso es hasta tonto, porque no se trata de
nacimiento sino de formación. La
verdadera consecuencia de esto, se debe a que año tras año los veteranos, experimentados y adultos, nos han cerrado de
forma indirecta y hasta directa los espacios de participación de cualquier
tipo.
Estos
personajes ha dirigido por siglos los movimientos y partidos políticos sin
siquiera permitir que activistas como nosotros hagamos parte de sus juntas
directivas. Hoy, nosotros, ya nos encontramos cansados de ver en los banquillos
de la dirigencia interna de los partidos, tantas canas y tantas arrugas con
discursos retrogradas que nos llevan a dudar si en realidad habrá una verdadera
transformación.
Consideramos,
como decía el famoso estadista y filósofo británico-irlandés Edmundo Burke: “Lo
único necesario para el triunfo del mal es que los buenos no hagan nada”. Es
decir: lo ideal para los malos es que los buenos piensen que la política no es
para ellos, y así estarán condenados toda su vida a estarse quejando de los
políticos.
La
participación en la política es un deber ciudadano, quizás la manera más
fundamental de participar es el ejercicio del voto democrático, pero antes de
llegar a depositar ese voto, debemos de asegurarnos de que vaya a ser contado y
que será la mayoría la que definirá al ganador. De allí la necesidad de
involucrarnos en política, ya sea directamente en partidos políticos, o desde
organizaciones de la sociedad civil que persiguen los mismos ideales
democráticos, o al menos apoyando a los políticos buenos.
Es cierto
que hay quienes se meten a la política para servirse y no para servir y con su
ejemplo contaminan el entorno. Por ende la mayoría de la población piensa que
todos los políticos son iguales de malos y no vale la pena hacer un esfuerzo
por cambiar las cosas. Una posición muy cómoda que al final nos lleva a validar
nuevamente la sabiduría del dicho “los pueblos tienen el gobierno que se merecen”.
Pero, ¿por
qué hacer que los jóvenes se interesen en política?
Cada vez
son menos los jóvenes que se interesan por el tema de la política como objeto
de estudio y como deber de ejercerlo. Hay que cambiar eso; somos los jóvenes el
futuro de la política y del mundo.
En
la actualidad, el interés de los jóvenes en participar en política es cada
vez menor, quizá porque este escenario en nuestro país se encuentra
desprestigiado y ha perdido credibilidad ante la opinión pública, la ausencia
de partidos políticos fuertes y de líderes políticos que nos llamen a seguir
los legados de cambios.
Ante esto
surge la pregunta, ¿y de quien depende que el panorama político cambie? la
respuesta en sí es muy compleja; sin embargo, gran parte de este importante
"reto" también está en manos de los jóvenes.
Es
importante tener jóvenes capacitados para sumir temas políticos y esa debe ser
unos de los grandes temas banderas de la plataforma ideológica de Poder
Ciudadano, es importante hacer que el reto político llegue a esos lugares en
donde no llega la política y trabajar por el consenso con políticas a largo y
mediano plazo.
Evidentemente
el predominio de la mirada adultocentrista y patriarcal ha favorecido la
exclusión social, política y económica de los jóvenes, en un contexto en el que
la discriminación se produce por ser joven con lo cual se disminuye
considerablemente las posibilidades de participar en los procesos de toma de
decisiones y de incidencia política.
Poder
Ciudadano debe empezar a dar verdaderos cambios para empezar a pasar de la
democracia representativa hacia la democracia participativa. Los jóvenes somos
agentes de cambios de ideas frescas, de innovación y es importante que el
Atlántico en su coordinación le brinde el espacio a la participación de
los jóvenes que desde sus escenarios contribuyen con ideas y propuestas para el
cambio de la realidad que atraviesa Colombia.
Es
necesario elegir en la coordinación una terna que represente los intereses de
los sectores que conformen la estructura de poder ciudadano y por eso
consideramos que un miembro de poder joven elegido de manera democrática por
las mismas juventudes haga parte de esa coordinación departamental.
MUCHAS GRACIAS.
JUVENTUDES
PODER CIUDADANO ATLANTICO
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