sábado, 3 de agosto de 2013

COMUNICADO Nº 001

Una de las tantas problemáticas que hoy presenta nuestro sistema de gobierno, es el de la poca participación de los Jóvenes en la dinámica política, social y cultural de nuestro País. 

Muchos dicen que este problema, viene como consecuencia de años y años de trabajo mal desarrollado, de guerras y vulneración que ha llevado a la incredulidad política por parte de los jóvenes. Otros más arriesgados, se atreven a decir que los jóvenes de hoy, somos menos intelectuales, revolucionarios y accionarios que los jóvenes de hace unos  50 años, siendo ese el supuesto motivo del déficit de participación juvenil.  Para ello, los jóvenes tenemos la siguiente repuesta: La poca participación por parte de nosotros no se debe y nunca se deberá, a que los jóvenes de hoy nazcamos menos capacitados políticamente que los de antes, eso es hasta tonto, porque no se trata de nacimiento sino de formación.  La verdadera consecuencia de esto, se debe a que año tras año los veteranos,  experimentados y adultos, nos han cerrado de forma indirecta y hasta directa los espacios de participación de cualquier tipo.

Estos personajes ha dirigido por siglos los movimientos y partidos políticos sin siquiera permitir que activistas como nosotros hagamos parte de sus juntas directivas. Hoy, nosotros, ya nos encontramos cansados de ver en los banquillos de la dirigencia interna de los partidos, tantas canas y tantas arrugas con discursos retrogradas que nos llevan a dudar si en realidad habrá una verdadera transformación.

Consideramos, como decía el famoso estadista y filósofo británico-irlandés Edmundo Burke: “Lo único necesario para el triunfo del mal es que los buenos no hagan nada”. Es decir: lo ideal para los malos es que los buenos piensen que la política no es para ellos, y así estarán condenados toda su vida a estarse quejando de los políticos.

La participación en la política es un deber ciudadano, quizás la manera más fundamental de participar es el ejercicio del voto democrático, pero antes de llegar a depositar ese voto, debemos de asegurarnos de que vaya a ser contado y que será la mayoría la que definirá al ganador. De allí la necesidad de involucrarnos en política, ya sea directamente en partidos políticos, o desde organizaciones de la sociedad civil que persiguen los mismos ideales democráticos, o al menos apoyando a los políticos buenos.
Es cierto que hay quienes se meten a la política para servirse y no para servir y con su ejemplo contaminan el entorno. Por ende la mayoría de la población piensa que todos los políticos son iguales de malos y no vale la pena hacer un esfuerzo por cambiar las cosas. Una posición muy cómoda que al final nos lleva a validar nuevamente la sabiduría del dicho “los pueblos tienen el gobierno que se merecen”.
Pero, ¿por qué hacer que los jóvenes se interesen en política?
Cada vez son menos los jóvenes que se interesan por el tema de la política como objeto de estudio y como deber de ejercerlo. Hay que cambiar eso; somos los jóvenes el futuro de la política y del mundo.
En la actualidad, el interés de los jóvenes en participar en política es cada vez menor, quizá porque este escenario en nuestro país se encuentra desprestigiado y ha perdido credibilidad ante la opinión pública, la ausencia de partidos políticos fuertes y de líderes políticos que nos llamen a seguir los legados de cambios.
Ante esto surge la pregunta, ¿y de quien depende que el panorama político cambie? la respuesta en sí es muy compleja; sin embargo, gran parte de este importante "reto" también está en manos de los jóvenes.

Es importante tener jóvenes capacitados para sumir temas políticos y esa debe ser unos de los grandes temas banderas de la plataforma ideológica de Poder Ciudadano, es importante hacer que el reto político llegue a esos lugares en donde no llega la política y trabajar por el consenso con políticas a largo y mediano plazo.
Evidentemente el predominio de la mirada adultocentrista y patriarcal ha favorecido la exclusión social, política y económica de los jóvenes, en un contexto en el que la discriminación se produce por ser joven con lo cual se disminuye considerablemente las posibilidades de participar en los procesos de toma de decisiones y de incidencia política.
Poder Ciudadano debe empezar a dar verdaderos cambios para empezar a pasar de la democracia representativa hacia la democracia participativa. Los jóvenes somos agentes de cambios de ideas frescas, de innovación y es importante que el Atlántico en su coordinación le brinde el espacio a la participación  de los jóvenes que desde sus escenarios contribuyen con ideas y propuestas para el cambio de la realidad que atraviesa Colombia.
Es necesario elegir en la coordinación una terna que represente los intereses de los sectores que conformen la estructura de poder ciudadano y por eso consideramos que un miembro de poder joven elegido de manera democrática por las mismas juventudes haga parte de esa coordinación departamental.

MUCHAS GRACIAS.

JUVENTUDES PODER CIUDADANO ATLANTICO

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